lunes, 28 de febrero de 2011

“Si Charlie Sheen vive más que yo, me molestaré”

Las historias de Hollywood fuera de los estudios resultan tan atractivas como las ficciones contadas delante de las cámaras. Y al ser tan increíbles (en muchos casos) es posible que la veamos más adelante como una película.
Montaje de TMZ

La última telenovela de la vida real ha sido, una vez más, el comportamiento errático del actor Charlie Sheen. Después de recibir una llamada el servicio de emergencia 911 desde la casa de Sheen y fuera hospitalizado por “dolores abdominales” se supo después que el actor de Two and a Half Men debía entrar, de nuevo, en rehabilitación.

El sitcom, uno de los más exitosos del momento, debía suspenderse con unas pérdidas económicas calculadas en 250 millones de dólares. Hasta aquí, nada del otro mundo. Otro actor que sucumbe ante el peso de la fama (digámoslo así).

Pero como toda buena historia (que no se acaba cuando todo el mundo piensa que aparecerán los créditos finales), tuvo un giro inesperado: luego de un mes de rehabilitación en su casa, sale listo a grabar y el canal le da largas al asunto para continuar las grabaciones. Y todo se enreda: Sheen empieza a dar declaraciones poco amistosas sobre el productor y co creador de la serie, Chuck Lorre, para que el "culebrón" retome interés: el canal suspende los ocho capítulos restantes de la temporada y Sheen no para, sigue al ataque: dice que está escribiendo un libro sobre los entretelones del sitcom y, sobre sus opiniones acerca de Lorre explica, en una entrevista que da a CBS que no son de ira, sino de pasión.

Además señala que a pesar de toda la controversia, estaría dispuesto a hacer otras dos temporadas de la serie (la novena y décima), eso sí, si le pagan 3 millones de dólares por episodio. Al mismo tiempo, y como si lo anterior no fuera suficiente, demandará a los productores por la cancelación de la temporada actual y que, no lo duden, ahora está completamente limpio de alcohol y drogas.

En toda esta diatriba, que parece más bien un monólogo, una pelea con un solo contrincante en el ring, los otros afectados hablan poco: Jon Cryer (Alan en la serie), por ejemplo, sólo ha dicho que no tiene Facebook ni Twitter por lo que cualquier declaración que salga por allí será falsa y Lorre (quien ha llevado los principales ataques de Sheen) empezó diciendo pocas cosas pero ya no. Y no es a través de entrevistas sino por medio de sus famosas Vanity Cards (los textos que aparecen al final de cada una de sus series): Lo primero que dijo fue en la número 329 y que aparece en el último capítulo grabado de Two and…

Dice así:
“Hago ejercicio con regularidad. Como cantidades moderadas de alimentos saludables. Me aseguro de descansar mucho. Veo a mi doctor una vez al año y a mi dentista dos veces al año. Uso el hilo dental todas las noches. Me tomo radiografías del tórax, me hago pruebas de estrés cardiovascular, electrocardiograma y colonoscopias. Veo un psicólogo y tengo una variedad de pasatiempos para reducir el estrés. No bebo. No fumo. No tomo drogas. No tengo sexo loco con extraños.
Si Charlie Sheen vive más que yo, me voy a molestar mucho”.

En las siguientes Vanity Cards se refirió al mundo de espectáculo y al notar que todos buscaban respuestas a las críticas de Sheen, escribió lo siguiente (número 332, en The Big Bang Theory) :

“Era más divertido escribir estas cosas cuando estaba bastante seguro de que nadie las estaba leyendo. Ya no es el caso. En estos días parece que cada Vanity Card se está analizado y criticado por los ejecutivos de la cadena, departamentos legales de la empresa y departamentos de publicidad, periodistas y bloggers de televisión sensacionalista. Creánlo o no, mis reflexiones han sido a la vez aprobadas y abucheadas por ¡TV Guide! Pero últimamente todo está fuera de control. Es por eso que he decidido tomar un descanso por unas semanas. Dejar que las cosas se enfríen un poco. En lugar de escribir ensayos cortos que a la gente le molesta, he decidido usar mi segundo en la televisión para hacer algo simple y sin complicaciones. A partir de esta tarjeta, voy a mostrar una fotografía de una parte de mi cuerpo que es totalmente inocua. Ya no voy a compartir piezas problemática de mi mente. Ahora voy a compartir un pedazo real de Chuck que es incapaz de ofender a nadie. Ya sabes, un pie, una mano, o tal vez un dedo del pie. Así que con eso en mente, he aquí... (Muestra una foto de su codo)".

Pero no fue tan inocuo porque la siguiente Vanity (también para The Big Bang…) fue censurada.

¿Qué pasará entonces? El morbo está escrito para saber si finalmente Chuck y Charlie harán las paces o, a pesar de todo lo dicho y escrito, la serie seguirá.

Todo depende de la cantidad de dinero que hablemos. Ya sabemos que por ocho capítulos menos se perdieron cerca de un cuarto de millón de dólares. Habrá que ver si al final, si hay mucho dinero de por medio, todos los integrantes de esta parodia se pondrán un gancho en la nariz y continuarán con el programa. "Cosas veredes, querido Sáncho", diría Don Quijote.

Y el 28 de febrero, luego de una Vanity Cards censurada, volvió a la carga:
"Entiendo que estoy bajo mucha presión para responder a ciertas declaraciones hechas por mí recientemente. Los siguientes son mis pensamientos sin censura. Espero que esto ponga fin a cualquier especulación.
Creo que la conciencia crea la ilusión de individualización, una falsa sensación de estar separado. En otras palabras, soy consciente, ergo estoy solo. Es más, creo que esta mala interpretación existencial es la fuerza principal de motivación para la compulsión neurótica de borrar la conciencia. Esto explica la paradoja de nuestra cultura, que celebra el ego y al mismo tiempo promociona su evisceración con drogas y alcohol. También explica el miedo profundo que tenemos a sistemas monolíticos de pensamiento como el comunismo, el fundamentalismo religioso, los zombis y los invasores de Marte. Cada miedo es un oscuro eco del estado oceánico de trascendencia de la unificación de la conciencia que debe, por naturaleza, huir. La caída en gracia es, de hecho, un aceleración en gracia. O quizás más exactamente, un tornillo de gracia, ¡estoy tan fuera de aquí!
¿Preguntas?".

Quien pueda descifrar esta (¿respuesta?), se ganará una noche loca con Charlie Harper.

Al día siguiente de esto, Charlie Sheen abrió su cuenta Twitter y ya en un poco más de dos días logró una cifra que ya quisiera Justin Bieber: más de 1.300.000 seguidores y por supuesto, subiendo. Nada mal para alguien que se define en 140 caracteres como un desempleado ganador. Su primer y segundo tweet señala un poco al personaje: el primero: una foto con una chica sosteniendo cada uno un frasco de jugo: elige tu vicio! El segundo diciendo que prefiere un largo viaje en un auto de los 79 con Chuck Lorre que una entrevista con una periodista de CNN.

Esto, qué duda cabe, no se acaba aquí...

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