La nota de Gary Stuart, de ABC Science Online dice en resumen que “se sabe que los asteroides troyanos comparten órbitas con otros planetas del sistema solar. Por su naturaleza, los troyanos son muy difíciles de detectar y 2010 TK7 es el primero en ser encontrado, todo gracias al telescopio espacial infrarrojo de la NASA que pudo detectar la roca espacial de 300 metros de ancho.
Científicos, encabezados por Martin Connors de la Universidad de Athabasca en Canadá, señalan que determinar que este troyano tiene “destino hacia la Tierra” es difícil de determinar debido a que su ubicación sólo puede ser vista en el día.
"Cuando miramos a Júpiter, por ejemplo, no tenemos problemas ubicando sus troyanos debido a que están, para nosotros, en la noche la mayor parte del tiempo", dice Connors.
"Pero nuestros propios troyanos, que están cerca del sol, sólo podemos detectarlos en una hora antes de anochecer o el amanecer, que es nuestra única oportunidad para verlos”.
Por eso que no se ha encontrado antes.
Connors dice que el lanzamiento del telescopio Infrarrojo de la NASA en la nave Explorer (WISE) en 2009, lo cambió todo.
"WISE mira la luz infrarroja proveniente de todo el cielo y fue especialmente útil en la detección de asteroides: ubicó unos 150.000 de ellos, incluyendo a 500 que se acercan a la Tierra".
El 2010 TK7 está en el circulo verde (Imagen de la Nasa) |
Al examinar las órbitas de estos objetos en los datos de WISE, Connors y sus colegas identificaron un pequeño asteroide llamado TK7 2010como un probable troyano de la Tierra. Los investigadores entonces utilizaron los telescopios terrestres para confirmar la observación, el cálculo es que ha tenido una órbita estable con la Tierra por más de 10.000 años.
Su hallazgo se publica hoy en la revista Nature.
Aparte de su órbita, los científicos saben muy poco acerca de este asteroide."En base a la cantidad de luz que refleja estimamos que será de aproximadamente 300 metros de ancho, aproximadamente del tamaño de una pequeña urbanización", dice Connors.
Y la pregunta es, ¿hay más?
Los científicos han sugerido que un troyano de la Tierra sería un buen objetivo para enviar astronautas a un asteroide. Connors dijo TK7 2010 es lo suficientemente grande para esa misión, pero su órbita es un problema.
"El problema de este asteroide es que está en una órbita inclinada y se necesita un poco de energía para que una nave espacial pueda entrar en una órbita inclinada, lo que impediría el experimento.Pero el hecho de que este exista significa que podemos buscar otros que serían más conveniente para llevar astronautas".
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