Al contrario de Charles Atlas (para los que están haciendo comparaciones), Atlas proponía sacar músculos y que todos fuéramos fisicoculturistas), LaLanne, por su lado, fue el llamado padre del ejercicio y la vida sana: de hecho cambió la forma en que se veían (y tenían) los gimnasios.
Seth Godin, a quien ya hemos citado varias veces en este blog, escribió sobre las lecciones que dejó LaLanne, lecciones que van más allá de la vida sana, que no es poca cosa.
-Fue un bootstrap (un hecho así mismo, un autosuficiente). Un pequeño niño escuálido a los 15 que decidió cambiar quién era y cómo era percibido, y lo hizo. La decisión fue tan importante como el llegar a hacerlo.
-Llegó a los límites. No se limitó a abrir un pequeño gimnasio: una versión más agradable de los gimnasios de boxeo, por ejemplo. En su lugar, creó toda la idea de un club de salud, incluyendo una barra de jugos. Lo hizo hace 70 años.
-Comenzó pequeño: sin dinero de riesgo, ni socios grandes ni medios de comunicación.
-Comprendió el poder de los medios de comunicación. Si no fuera por la televisión, nunca hubiéramos oído hablar de Jack. Usó el acceso a los medios para ganar confianza y para enseñar. Y la mayor parte de lo que Jack ofreció, lo hizo forma gratuita.
-Estuvo dispuesto a evitar el horario de máxima audiencia. Jack nunca tuvo un programa de variedades en la CBS. Fue capaz de cambiar la cultura de la televisión periférica.
-Fue dueño de los derechos: 3.000 programas que valen.
-Se mantuvo fiel a la marca. No se preocupó por hacerse viejo o tener que reinventarse. Jack estaba para hacer algo, lo cual es raro, y fue lo suficientemente inteligente como para mantenerse firme en eso.
-Jack hizo historia. Siguió su propio régimen, incluso cuando nadie lo miraba. Alguna vez dijo: "No puedo morir, sería arruinar mi imagen".
Murió a los 96. No creo que tenga que preocuparse por arruinar su imagen.
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