Según un reportaje de Discovery News, esta nueva “bacteria es un híbrido de dos ya existentes que se han combinado para formar una cepa super-virulenta”.
Los expertos están buscando determinar su origen: probablemente proviene de desechos humanos o animales que estuvieron en contacto con alimentos.
Y aquí viene el peligro de esta nueva cepa: es resistente a los antibióticos. De hecho, cuando se usa antibióticos (que rompen las células de la bacteria), se liberan más toxinas.
Paul Wigley, profesor de enfermedades trasmitidas por alimentos de la Universidad de Liverpool dice que la nueva cepa es una combinación de entero-agregativa E. coli (CEEA), que es un microbio emergentes asociado a diarrea en los países en desarrollo, y la hemorrágica E. coli entero-(ECEH), que es similar a la que causó el brote mortal en hamburguesas, la E. coli O157.
Un laboratorio de Pekín secuenció el genoma de la bacteria con la ayuda de los funcionarios de salud alemán y fueron los que descubrieron que era resistente a muchos antibióticos. De hecho, el uso de antibióticos se vuelve más tóxica en el cuerpo, dijo Wigley.
"Todo lo que se puede hacer, por los momentos, es dar terapia de apoyo: reponerles la hidratación a los pacientes, transfusiones de sangre y si hay insuficiencia renal, diálisis". Por otro lado, funcionarios de los Centros para el Control de Enfermedades en Atlanta advierten contra el pánico y tienen cuidado de no llamar esta cepa una "superbacteria" que puede saltar las fronteras a su antojo.
"Estamos hablando de un brote epidémico", dijo Christopher Braden, director de la división de enfermedades transmitidas por los alimentos, agua y el medio ambiente. "Hay un potencial para que esto se transmite de persona a persona, pero aún no hay indicios de que haya ocurrido".
Braden señaló que hasta el momento, la enfermedad no ha afectado a los niños tanto como los adultos, y que las mujeres sufren más que los hombres.
Los funcionarios europeos de salud inicialmente dijeron que creían que la fuente del brote fue contaminada verduras cultivadas en España, pero se han retractado de esa afirmación. También hay informes de que los vegetales cultivados orgánicamente, como los pepinos españoles, podrían ser los culpables, ya que dependen de los abonos de estiércol.
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