martes, 23 de agosto de 2011

Los muchachos también maduran sexualmente temprano

Se ha conocido desde siempre que las niñas alcanzan la madurez sexual a edades más tempranas pero, ¿qué pasa con los hombres?


Un artículo de Discovery News señala que el investigador Joshua Goldstein en el Instituto Max Planck en Alemania, dice haber encontrado una tendencia similar entre los niños. De hecho, señala que los hombres pueden ser influenciados por los mismos factores ambientales que determinan la aparición de la menstruación en las niñas, según un análisis publicado en la revista PLoS ONE.

Encontrar las tendencias entre las niñas es fácil ya que hay un punto de partida para la madurez sexual: la menarquia, cuando experimenta su primer ciclo menstrual. Para los adolescentes varones, sin embargo, un punto de partida similar no es tan claro.


Universalmente, se ha determinado que los varones experimentan un aumento de la mortalidad hacia el final de sus años de adolescencia, una tendencia conocida como “joroba de accidente”, que es tanto una enfermedad, un hecho violento o un mero accidente; es decir, los adolescentes varones tienen una tendencia mayor a morir durante la adolescencia tardía que sus pares femeninas. Este pico coincide con el momento en que los jóvenes producen más testosterona. La idea es que a más testosterona hay un equivalente a un comportamiento más arriesgado y potencialmente violento, que en algunos casos termina en muertes accidentales.

Sin embargo, desde mediados del siglo 18, esta “joroba de accidente” está bajando su edad; es decir, está ocurriendo cada vez más temprano en los varones. Por lo tanto, una joroba accidente temprana puede reflejar un cambio en la testosterona, y por lo tanto, cuando los hombres se están llegando a la madurez sexual.

Claro, la asociación entre la mortalidad y las hormonas parece indirecta, y Goldstein lo reconoce en su artículo. Pero es el otro tipo de relación –el medio ambiente y la biología- que es más directa y puede dar cuenta de los cambios. Históricamente, ambos sexos han tenido acceso a cada vez más alimentos y crecieron con pocas presiones ambientales asociadas con enfermedades como cuando florecieron las ciudades en el siglo 18. Se ha pensado estos elementos ambientales han liberado las restricciones que por lo general habían obstaculizado la reproducción a edades más tempranas.

Al observar periodos de 10 años las estadísticas de mortalidad humana en cinco países europeos, Goldstein encontró que la edad en que los varones maduraban sexualmente disminuía en 2,4 meses por década entre los años 1700 y mediados de 1900. Aunque otros indicadores de la madurez, incluyendo la altura, no necesariamente apoya una maduración temprana, otro estudio sobre los cambios de la voz masculina revela que la madurez sexual empieza a ocurrir más temprano con el pasar de las décadas.

Goldstein especula que la toma de riesgos puede reflejar dominio, lo que refuerza la condición para que los muchachos estén listos para el apareamiento como en algunas especies de primates (caso babuinos).

Sin embargo, hay razones para ser cautelosos acerca de los resultados. Por un lado, los datos pueden estar afectados por la forma en que se recogieron. Los resultados también dependen de una variedad de asociaciones, y otros factores que no aparecen en las demografías. El proyecto se centró también en los países europeos más desarrollados, y esas mismas tendencias pueden no ser evidentes en otras partes del mundo.


Y en última instancia, los resultados demuestran sí, sin dudas, que hay una brecha entre la madurez sexual y la madurez emocional de ambos sexos, dice Goldstein en un comunicado de prensa. Se recomienda a los padres a participar más en la vida de sus hijos adolescentes, con el fin de guiarlos para que no tengan relaciones sexuales sin protección o de riesgo.

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