La encuesta de la Escuela de Londres de Economía sobre el uso de redes sociales en pre-adolescentes se corresponde con un número similar de niños en los EE.UU: 46% de los cuales los utilizan. Pero está encuesta fue más lejos y descubrió que 23% de estos niños tiene un perfil público, lo que significa que cualquiera puede ver su cuenta, y en algunos casos, fotos y otros datos reveladores.
Esto niños que revelan información sobre ubicación, números, etc, son más susceptibles a las tácticas de manipulación de los pedófilos y acosadores. Los titulares de noticias están llenas de estos casos, incluso de manera masiva: un joven de 19 años de edad chantajeó a decenas niñas a revelar fotos explícitas luego de tener relaciones sexuales y un cartero se convirtió en un violador al descubrir a 1.000 niños y niñas en su ruta. Por otro lado, los niños a veces son un peligro para ellos mismos, al publicar fotos de manera indiscriminada con las cuales pueden ser perseguidos.
Facebook es consciente del problema, pero el asesor principal de privacidad, Mosela Thompson, admite, que el sistema "no es perfecto". La tarea de encontrar cuentas fraudulentas es abrumadora, muchas tecnologías hechas para proteger a los niños han sido fácilmente saltadas por los usuarios.
Por ejemplo, en un estudio de la obesidad infantil, algunos participantes pusieron los podómetros a sus mascotas para engañar a los sensores y así registrar que estaban haciendo más. En Facebook, muchos jóvenes usuarios emplean la llamada "super desconexión", que deshabilita la cuenta cada vez que salen del sitio, manteniendo los datos y el perfil oculto. En este caso, la “super desconexión” mejora la privacidad, pero en la práctica pone de relieve cómo algunos usuarios pueden hacer difícil seguir su actividad en la red social.
Como resultado, en el Reino Unido, se llegó a la conclusión de que las escuelas deben integrar las tecnologías sociales y enseñar las mejores prácticas. El prohibir su uso resultó inconveniente, además que no alentaba a los alumnos a asumir la responsabilidad por sus acciones.
Para algunos docentes, las redes sociales son una nueva forma de atraer a los estudiantes con actividades intelectuales fuera de la clase y fomentar la experimentación tecnológica. Así, no todo es malo. Por ejemplo: en Wiregrass High School, los estudiantes comparten notas y tarea a través de fotos de teléfono celular. Muchos profesores están utilizando Twitter para continuar las discusiones después del fin de la clase: cualquier atisbo de interés en el mundo académico es algo que no puede despreciarse.
Estudios recientes, además, han demostrado que profesores que revelan información personal en línea a los estudiantes son percibidos como más competentes, cuidadosos y dignos de confianza. Como maestros comienzan a competir con las computadoras y Wikipedia como fuente primaria de conocimiento, no puede dejarse de lado el factor tecnológico en el aprendizaje.
Hasta la fecha, ninguna organización en el mundo ha encontrado una manera de impedir el acceso a las redes sociales en los jóvenes. Así, la mejor opción para los educadores no es impedir a los niños el acceso a las redes sino más bien empezar a educar sobre su uso seguro.
Fuente: FastCompany
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