El gurú del mercadeo, Seth Godin, (un habitué en este blog) hace una buena reflexión sobre lo que es hacer bien nuestras obligaciones en el lugar donde trabajamos.
Esto es lo que dice:
Es una forma de abordar el trabajo: "Llego a tiempo, incluso un poco antes; hago lo que el jefe me pide, un poco más rápido de lo que se espera , cumplo mi horario y mi presupuesto, soy muy trabajador y leal..."
Otra manera de verlo: "Lo que no me piden que haga puedo hacerlo también, aprender, que tenga impacto. Qué no está en mi agenda y debo poner. ¿Quién me puede sustituir?, ¿qué puedo aprender?, ¿cómo puedo ir más rápido, ¿qué clase de legado estoy creando? ".
Bien podría estar haciendo un buen trabajo. Pero eso no significa que sea una pieza clave, que la empresa no quiera perder. Lo que tiene que hacer es dejar de pensar en el trabajo y empezar a pensar en su propia plataforma laboral, su punto de vista y su misión.
Es muy posible que usted trabaje en un sitio donde haya pocas posibilidades de desarrollo. Si eso es así, me pregunto por qué alguien con su potencial se quedaría...
En la revolución post-industrial, la naturaleza misma del trabajo es obsoleta. Hacer un buen trabajo no es garantía de seguridad, progreso o deleite.
[Aquí en la bola negra confirmamos el planteamiento de Seth: en estos momentos, el mejor trabajador es el que hace su trabajo no pensando que debe mantener su puesto, sino porque está labrando su propio camino, bien sea dentro de una empresa o en la suya propia. El buen trabajador es bueno donde sea #hemosdicho].
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