viernes, 23 de julio de 2010

El lobby de El Toro

Los Cachorros de Chicago no han sido acusados de tener malos gerentes. Por estos días la prensa que sigue a ese equipo, siempre muy conservadora pero a ratos muy complaciente, ha dedicado su esfuerzo en achacarle los males del club al pobre desempeño ofensivo de Aramís Ramírez y Alfonso Soriano. También han enfilado contra Carlos Zambrano.
Zambrano, como no, incurrió en el pecado capital de la ira. El Toro se desbocó y la emprendió contra sus compañeros, a quienes reclamó en tono airado, como si el partido que jugaban aquella tarde de viernes contra los Medias Blancas fuese una caimanera de sofbol de las que se realizan en el Fuerte Tiuna o en el Círculo Militar. Ese fue su error, y lo pagó con una suspensión indefinida, que a su vez debió ser revocada cuando Jim Hendry, gerente de los Cachorros, se dio cuenta que tal medida no estaba contemplada en el convenio laboral de las Grandes Ligas.

El caso es que los Cachorros, el equipo favorito de Chicago y que no ha podido jugar con la calidad que este beisbol exige, ha comenzado a mirar al año entrante. Ya se sabe que Lou Piniella, un dirigente con un historial exitoso pero con un año 2010 por debajo de lo adecuado, no volverá al juego. Los nombres para reemplazarlo el año entrante salieron a flote, pero gente cercana al conjunto da por descontado que el sustituto será Ryne Sandberg, miembro del Salón de la Fama y un ídolo en esta ciudad.

Entre tanto, la gerencia de los Cubs no sabe cómo deshacerse de Zambrano. El venezolano cobra cerca de $19 millones por año. Su temperamento y el bajo rendimiento de esta campaña se convirtieron en obstáculo para cambiarlo. Además el pelotero puede vetar cualquier cambio, si tratarán de enviarlo a un equipo donde no quiera estar. ¿Qué hace la gerencia? Lo envía a la sucursal triple A para que se reacondicione, sin prometerle una fecha para volver a las mayores. Allí lo espera Sandberg, mentor de toda la camada que pronto lo verán en la gran carpa.

La gerencia de los Cachorros quiere devaluar al Toro. Anuncian que apenas se reincorpore, lo enviarán al bullpen en una especie de medida de castigo. Quieren mantenerlo alejado del brillo. En el mercado los equipos no se ven muy interesados en sus servicios y en la calle su camiseta se vende a 10 dólares. Esa ha sido su única depauperación. Por lo pronto Zambrano, quien este jueves lanzó un inning como relevista, se quedará en Chicago. Tal vez lo mejor de su salida como relevista es que ha podido iniciar lo que puede ser una bonita amistad con el próximo manager de su equipo.
@ivangonrom

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