Ya la gente no le tiene miedo al Gran Hermano, ese personaje de la novela de Orwell 1984. Y ya tampoco nadie le tiene miedo a una cámara.
Para hacerse famoso no hay que hacer muchas cosas, basta tener una cámara de seguridad de un establecimiento y hacer algo particular (bueno, robar también pero tiene que ser espectacular para "merecer" la pena de ser subido a You Tube.
Aquí tenemos a un cliente de Walmart, que sin razón aparente decidió pasear por los pasillos de la tienda con el característico paso de Michael Jackson.
Y el noticiero de ABC publicó el video y es toda una sensación.
Es la extimidad, un tema que cada vez será más común en nuestras vidas. En un trabajo de El País se escribe que "la masificación de las redes sociales ha generalizado un concepto que los expertos llaman extimidad, algo así como hacer externa la intimidad, y que tiene su origen en el auge de los reality shows y de la Web 2.0 (blogs, fotologs, redes sociales...)".
Ahora sabemos de todo (importante o no) de nuestros amigos o contactos: con quién terminó o porqué. Que sienten fastidio o están triste. O qué música escucha en un momento particular. Nuestra vida, como nunca antes (y como sólo lo vivían las estrellas del espectáculo), está a la vista de todos. Y todos queremos venderla.
Ya sabe y a veces sin querer, está haciendo todo lo posible para sus 15 minutos de fama global o, en su defecto, 30 segundos, que también valen.
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