¿En realidad existen los vampiros humanos, o son gente con algún desequilibrio mental potenciado por fantasías que han sido íconos en la televisión y el cine, o por alucinógenos que los hacen cometer actos abominables? Lo que sí es cierto es que, al menos en Estados Unidos, en un lapso de una semana han detenido a dos sujetos que aseguran ser auténticos quirópteros, con víctimas en su historia vampiresca y transformaciones físicas impresionantes.
El pasado jueves, por ejemplo, un anciano fue atacado en Saint Petersburg, Florida, por una joven que le cayó a mordiscos y le comió parte de la cara y de un brazo. Josephine Rebeca Smith, de 22 años de edad, se acercó a Milton Ellis, de 69 años, quien dormía en el porche de un restaurante. La chica despertó al sexagenario a dentelladas y fue cuando, con sed de sangre y ojos desorbitados, le dijo que era un vampiro.
Como pudo, Ellis se desprendió de las fauces de su atacante para huir en veloz carrera a un sitio seguro, donde reportó el incidente a la policía. En poco tiempo los oficiales dieron con la chica-vampiro, a quien hallaron semidesnuda y cubierta de sangre.
Josephine Smith fue arrestada y debe pagar una fianza de 50.000 dólares por cargos fiscales por el cargo de agresión agravada contra un anciano. Al momento de su defensa alegó no recordar absolutamente nada de lo ocurrido. Tampoco tiene el dinero para la fianza por lo que la prisión de Saint Petersburg tendrá la presencia de una vampira amnésica.
El caso, singular desde luego, no es ni parecido al de Erzsébet Báthory, quien en la Francia del siglo XIX fue conocida como la “Condesa sangrienta”, con un insuperable récord Guiness de la mujer que más ha asesinado en la historia de la humanidad: 630 muertes.
Lo de Báthory, sin embargo, no era un angustioso llamado de la sangre sino una obsesión por la belleza. Cuenta la historia que utilizaba la sangre de sus sirvientas y pupilas con la idea de mantener la lozanía a sus 44 años de edad. Un primo de la condesa descubrió los asesinatos al entrar al castillo y conseguir cuerpos agonizantes, sangrantes, mordidos, agujereados, fracturados, encadenados y desahuciados, así como más de 50 cadáveres y aserrín por muchas partes para tapar las manchas de sangre y el olor a putrefacción.
Historias de insania mental, crueldad, canibalismo y vampirismo también son las de Gilles de Rais (Barba azul), Ivan Vasiliévich "El terrible", Sawney Beane, Jack el destripador, el vampiro de Hannover y por su puesto, Vlad Tepes, el oscuro conde rumano en quien se basa la leyenda de Drácula.
También el jueves de la pasada semana la policíaa de Massachusetts detuvo a Roy Gutfinski Jr., quien se hace llamarl Caius Domitius Veiovis, un excéntrico que lleva tatuado en su cabeza el número de la bestia 666 y se ha implantado cuernos en su frente para parecer un demonio.
Gutfinski, o como se llame, afirma ser hijo de Lucifer, dice que es un vampiro y que ha bebido sangre de sus víctimas. Se le vincula con el homicidio de tres personas que pertenecían a los Hells Angels, quienes supuestamente iban a testificar en su contra en un juicio pendiente.
El intimidante vampiro, que ha negado las acusaciones ante un juez, no las lleva todas consigo: en su expediente figura una agresión cometida en el año 2000, cuando contaba con 19 años de edad, contra una adolescente de 16 años, a la que secuestró y la rajó con un cuchillo en la espalda con la ayuda de su novia, para libar su sangre. La víctima de Gutfinski ameritó 32 puntos de sutura para cerrarle la herida.
Cuando tenía tres años en prisión, tras una condena de diez años, el “vampiro de Massachusetts sediento de sangre se autoinfligió una herida tan grande que requirió de 200 puntos. Gozaba de libertad condicional cuando fue aprehendido esta semana en el nuevo delito.
Twitter: @afnays | @lbnegra
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