lunes, 2 de agosto de 2010

... Y el coyote alcanzó al correcaminos


La tira cómica es un clásico: un coyote hambriento y famélico sueña con un suculento correcaminos al horno, pero corre afanosamente detrás del veloz pajarraco y nunca le da alcance.

El ingenio lo lleva a las más descabelladas estrategias y artilugios para intentar cazar a su presa, pero todo se vuelve contra él, quien siempre termina aplastado por una enorme roca, estrellado frente a un tren, electrocutado, estallado con dinamita y otras variantes.

El coyote insiste, insiste, insiste y jamás logra su cometido. De eso se trata la tira cómica ideada en 1949 por el animador Chuck Jones para Warner Brothers. Jones se inspiró para crear a estos personajes en un libro de Mark Twain, titulado Roughin It, en el que Twain denotaba que los coyotes hambrientos podrían cazar un correcaminos.

Pues bien: el final puede ser otro al que generaciones tras generaciones hemos conocido. Un millonario japonés harto de que el frustrado coyote jamás pudiese atrapar y comerse a su más preciado bocado pagó para que los dibujantes manipularan las imágenes de un capítulo viejo para complacer finalmente al animalejo de cuatro patas.

El capítulo jamás se puso en producción en virtud de un contrato que impedía hacer públicas esa imágenes, grabadas sólo para el consumo del magnate nipón, pero ha transcurrido el tiempo y ya son del dominio público a través de Youtube. Y existe el video que muestra cómo es el verdadeo capítulo que tomaron para "matar" al Correcamino.

Pero hubo un final "verdadero" menos sangriento que es el que vemos aqui en este post.

Así que la eterna carrera del Coyote termina en algún momento. Claro, tampoco es que el asunto sea fácil.

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