La antigua erupción de un agujero negro supermasivo en la Vía Láctea puede haber inflado dos enormes burbujas de los rayos gamma que se acaba de descubrir y se consideran unos nuevos objetos astronómicos.
"Esto demuestra, una vez más, que el universo está lleno de sorpresas", dijo Jon Morse, director de astrofísica en la sede de la NASA, en un artículo publicado por Discovery News.
Combinadas, las burbujas, que se alinean en el centro de la Vía Láctea, abarcan una distancia de unos 50.000 años luz. Las estructuras son muy distintas, con bordes definidos, y tienen la energía de hasta 100.000 supernovas.
El hallazgo lo hizo el telescopio Fermi de la NASA (de rayos gamma), que busca en el espacio luces a alta energía.
Entre las 1.500 fuentes de rayos gamma Fermi ha descubierto hasta ahora, nada se asemeja a las estructuras en forma de burbuja, que se extienden a través de más de la mitad del cielo visible, en la constelación de Virgo a la constelación Grus.
Indicios de estas burbujas ya habían aparecido años antes en los estudios de rayos X y en los mapas de la radiación de microondas cósmica, derivados de la explosión del Big Bang.
"Tuvimos una hipótesis antes del hallazgo de Fermi que debería haber alguna emisión de rayos gamma en esa parte del cielo. Estábamos pensando en algo un poco más modesto, tal vez algo menos de 10 o 20 o 30 grados de centro, no estas estructuras gigantes que tienen 50 grados", dijo el astrónomo Doug Finkbeiner, del Centro de Astrofísica de Centro Harvard-Smithsonian.
Los científicos tienen dos explicaciones posibles para estas burbujas: Teoría uno: un estallido estelar en el centro de la galaxia que generó estrellas masivas de corta duración con vientos energéticos que expulsó partículas de alta energía hacia el espacio.
Finkbeiner señala que tomaría algún tiempo para acumular la energía que hay dentro de las burbujas; sin embargo, está a favor de una teoría alternativa: una explosión del agujero negro supermasivo que está en el centro de la galaxia.
En otras galaxias, los astrónomos han visto evidencias de chorros de partículas provocada por la materia que está siendo arrastrada hacia el agujero negro (objetos con tanta gravedad que ni siquiera la luz puede escapar de ellos).
No hay evidencia de que el agujero negro central de la Vía Láctea, que es de unos 400 millones de veces más masivo que nuestro Sol, tenga chorros de partículas, pero los astrónomos sospechan que pudo haber en el pasado. Pero no hay pruebas fehacientes de eso. Sólo estas burbujas. “Esta podría ser la primera evidencia de una explosión importante del agujero negro en el centro de nuestra galaxia”. Y serían, relativamente, jóvenes: 10.000 o 100.000 años, acota Finkbeiner.
"Este resultado es muy emocionante", agregó Simona Murgia, de SLAC Laboratorio Nacional de Aceleradores, en California. "Estas características podrían revelar procesos físicos inesperados y muy importantes en nuestra galaxia que hasta ahora no sabíamos. Y a pesar que estas características podrían ser tan grande como la Vía Láctea y podrían haber existido por millones de años".
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