Como lo certifica la ONU, este mes la población mundial alcanzará los 7.000 millones de habitantes, un hito en la estadística poblacional y un desafío por proporciones igual de grande en cuanto a desiguladad y desequilibrios.
Ojo, que no todos son chinos. Se calcula que 1.800 millones son jóvenes en edades comprendidas entre 10 y 24 años; que el África subsahariana es la zona con mayor crecimiento poblacional con una tasa de natalidad de 4,8 hijos por mujer; que la cantidad de ancianos es de 893 millones y que al ritmo que vamos y con las esperanzas de vida cada vez mas altas, en el año 2100 el mundo tendrá 10.000 millones de habitantes.
¿De dónde sale esta última cifra? Según previsiones de la ONU, dadas a conocer en el informe Estado de la población mundial 2011 el planeta añade anualmente unos 80 millones de habitantes -el equivalente a la población alemana-, y "sumará otros 2.300 millones para 2050 y debería acabar el siglo con 10.000 millones", reseña el diario argentino La Nación.
En mucho, las cifras se abultan por los embarazos no deseados que se multiplican en África, América Latina y algunas zonas asiáticas.
En efecto, Asia y África acusan grandes explosiones demográficas. La ONU prevé que en el año 2050 habrá 1.000 millones de asiáticos y 1.200 millones de africanos más en el mundo.
La población del continente asiático pasó de 1.600 millones en el año 1950 -lo que representaba 55% de la población mundial- a 4.164 en 2010, 60% del total mundial.
El problema no es tanto la cantidad de gente sino la cantidad de recursos para cubrir las necesidades básicas de semejante número de personas. José Miguel Guzmán, jefe de población y desarrollo de la División Técnica del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), lo tiene claro: "No podemos decir que haya un problema de espacio, sino de recursos, como el agua, la energía o los alimentos. Hay que cambiar los patrones de consumo", recoje el diario Público.
Según la propia ONU, el meollo del asunto no es tanto la producción de alimentos, que ha crecido aún más que la población, sino el encarecimiento y la distribución de la comida. Se calcula que 1.000 millones de personas pasan hambre crónica, básicamente por no poder acceder a los alimentos. El Banco Mundial cree que la cifra podría aumentar 100 millones más en los próximos años.
"Para el año 2030 habrá alimentos suficientes, a nivel mundial, para alimentar a la creciente población del planeta, pero cientos de millones de personas que viven en los países en desarrollo seguirán pasando hambre y muchos de los problemas ambientales provocados por la agricultura continuarán siendo graves", indica un reciente informe de la FAO.
El otro asunto es que con ese nivel demográfico, el sostenimiento de los sistemas de pensiones y la seguridad social "serán dos de los temas más complejos de solucionar", alertó José Miguel Guzmán.
La buena noticia es que analizando las cifras en frío, el progresivo y sostenido crecimiento demográfico es indicativo de que la esperanza de vida ha subido gracias a los avances tecnológicos y una mejor atención médico preventiva.
@afnays | @lbnegra
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