Sin mucha sorpresas, estos fueron los resultados (en una encuesta realizada a mil hogares): “En poco más de la mitad (51%) había 10 libros o menos. En un tercio (36%) había entre 10 y 100 libros y en sólo una décima parte (13%) se disponía de más de 100 volúmenes de cualquier tema o calidad”.
Otros datos importantes de la investigación: “En las casas de los pobres hay pocos libros (77% con menos de 10) pero lo abundancia de ejemplares no se encontró entre los ricos, sino en la clase media (45% de los hogares con más de 100 libros), que optó por la cultura y la educación como mecanismo de ascenso social”.
Briceño-León, escribe que “los libros representan la verdadera revolución cultural, los libros son las puertas que abren los caminos de la libertad, es decir, de la libre difusión y de la libre escogencia de ideas y valores (...) se requiere un espacio y un mueble para colocar los libros, una mesa, una repisa, una pequeña biblioteca, que sabemos muchas veces abrigan más adornos y fotos familiares que “biblios”.
“Estos datos nos hablan de un país que ha cambiado pero requiere aún de transformaciones profundas”, termina diciendo Briceño-León. “Y esas mudanzas no se alcanzan con promesas rimbombantes ni guerras ideológicas, sino con el esfuerzo modesto y sostenido de comprender y mudar los factores del atraso”.
Este artículo generó algunas preguntas que fueron contestadas por el sociólogo a través de un correo:
-Como usted dice, más de la mitad de los venezolanos tenía menos de 10 libros o menos, es decir, "casas sin alma" (parafraseando a Cicerón), esto sin importar la clase social o justamente por eso: sólo en la clase media hay una cantidad importante de libros. Haciendo de abogado del diablo: ¿la lectura, con todos estos cambios tecnológicos, no ha sido trasladada justamente hacia otros medios como la computadora? ¿La lectura del periódico no se debe contar?
Sin lugar a dudas la fuente de información ha pasado del libro impreso al texto electrónico, internet es y será cada día más la gran biblioteca del mundo, pero el propósito de estos estudios es más limitado y más personal, pues evoca una cercanía y una presencia física.
Un joven tiene internet y los textos en la nube, como pudiera haber tenido una gran biblioteca en el edificio de la esquina de su casa, están allí, son accesibles, pero no configuran una presencia que se impone, ni delatan la existencia de un contexto familiar, como lo hacen las decenas de libros en las casas, pues, estos libros no los compró el joven, sino sus padres o hermanos mayores, es decir, eso es lo que me permite hacer derivaciones y sacar conclusiones sobre el contexto cultural de la familia. Si existen y llegan periódicos a la sala de la familia, ya es muy importante, aunque sea la prensa de deportes o de crímenes. Claro, lo que hemos visto es que eso tampoco ocurre. Claro, tampoco es lo mismo: es lectura efímera, que la presencia de libros
-¿La medición de la cantidad de libros que se leen, sigue siendo hoy, una buena medida para medir la cultura de un pueblo? (Aunque su investigación no se basó en la lectura, es una vinculación directa, creo yo, entre la cantidad de libros que se tienen y la lectura).
Yo creo que lo sigue siendo, no estoy seguro que en el futuro lo siga siendo en su forma impresa, puede que lo sea en forma de los llamados e-books. Y lo es porque nos referimos a una sociedad que en su conjunto se formó sin internet ni computadoras. La difusion de las computadoras personales marca Epson ocurrió en Venezuela a comienzos de los años 80, es decir hace menos de 30 años, la empresa Google comenzó a funcionar en 1998, es decir, tiene trece años de existencia, lo que lleva en el gobierno el presidente Chavez...
- ¿Cuál sería, según su opinión, la solución para que la gente tenga más libros en su casa y lea más?
Creo que se debe incentivar la curiosidad, los libros son respuestas que deben estar precedidos de unas preguntas que se hizo quien los escribió y se hace quien va a leerlos; son unas puertas al infinito y como tales se muerden la cola, es decir, cada libro solo crea más preguntas que deben llevar a escribir y leer muchos libros más.
-Una lista, para usted imprescindible, de los libros que deberían estar en una casa...
Los libros de la biblioteca de una casa son aquellos que sus habitantes piensan que debieran leerse algún día, por eso son absolutamente personales, responden a la curiosidad de cada quien, a sus preguntas sobre lo que fuimos o seremos, sobre de dónde venimos, qué nos dijo Dios o cómo preparó el trozo de carne para la cena de mañana.
Lo común en las bibliotecas son los libros de referencias, los diccionarios o las enciclopedias, pero estás últimas cada vez son más substituidas por las formas electrónicas, porque la aceleración del tiempo es una gran realidad y con los cambios y la invención científica, sólo es posible que exista una enciclopedia actualizada on-line. Y sólo puede estar actualizada con el aporte de múltiples manos, con libre entrada de aportes, no basada, como en el pasado en la autoridad, pues en este mundo ni la nostalgia es como antes.
@conjurado | @lbnegra
No hay comentarios:
Publicar un comentario