Cábala, destino, buenaventura, códigos secretos, mensajes
cifrados, designios… todo tipo de conjeturas, desde la más anodina hasta la más
extravagante, ha causado la fecha:
11.11.11. Para los numerólogos se trata de
una
cifra mágica que envuelve el nacimiento de algo nuevo. Los budistas suelen
hacer repeticiones de mantras hasta 111.111 veces por lo que el número les
resulta, más que familiar,
una conexión con el buen karma. Otros explotan el
lado aparentemente mágico del dato, atribuyéndole
propiedades esotéricas, acaso predictivas. Y hay quienes, por convicciones o por preconcepciones de tenor
religioso,
nada bueno auguran este
día.